El rococó es un estilo decorativo perteneciente al siglo XVIII que su principal característica es la ornamentación delicada y recargada. Sus orígenes son oscuros, pero parece haber comenzado con la obra del diseñador francés Pierre Lepautre, quien fue el que introdujo arabescos y curvas en la arquitectura interior de la residencia real en Marly y con las pinturas de Jean-Antoine Watteau, cuyos cuadros de colores delicados sobre escenas aristocráticas que se desarrollan en medio de un entorno idílico rompen con el heroísmo del estilo de Luis XIV.
Este arte que floreció en Francia y en Alemania a principios del siglo XVIII. Se utilizaba con frecuencia la técnica de la luz y de la sombra, y el movimiento compositiv. Ademas, es un estilo más ligero y festivo, adecuado para la decoración de las residencias parisinas. Entre los pintores del rococó destaca Jean Antoine Watteau, conocido por sus pinturas etéreas de enamorados elegantemente vestidos solazándose en las fêtes galantes (reuniones al aire libre, que estaban de moda); estas fantasías bucólicas fueron muy emuladas por otros artistas franceses. También eran muy conocidas y se estilizaban las escenas mitológicas y pastorales, en las que aparecían mujeres desenfadadas y distinguidas, realizadas por François Boucher y Jean-Honoré Fragonard. Se estilizaba a representar a las mujeres con el papel de madres y de amas de casa, por Chardin..

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